25 de abril de 2010 | Mª Rosa Fernández
Guadiato: La tierra tira... y la crisis, más
Destacan también la poca información sobre las ayudas económicas a los emprendedores y las trabas de algunas administraciones
Guadiato: La tierra tira... y la crisis, más
Volver a la tierra, a las raíces, es ahora, en el año 2010, la nueva forma de emigración. Después de años de abandono de las zonas rurales, la crisis, las expectativas de trabajo o una búsqueda de identidad hacen que jóvenes y no tanto hayan regresado a los pueblos de sus padres o abuelos.
En el Guadiato, sobre todo en la zona de Peñarroya y Belmez, se han registrado más de un centenar de familias que dejan Castellón, Madrid o Barcelona y vuelven a intentar un cambio de vida.
Ana Sánchez es un ejemplo de ello. Nació en Madrid, pero sus abuelos eran de Posadilla y de Espiel. Pese a vivir en la gran urbe, siempre ha sido una entusiasta de la vida rural.
Después de un divorcio, decidió dejar atrás la que era su vida hasta ahora y tomó la decisión de montar un negocio de turismo rural y educación ambiental en Posadilla, aldea de Fuente Obejuna, inaugurando Cerro Caña a últimos de 2006.
Ana ve su día a día ahora como un lugar donde la gente sonríe, respira tranquilidad, se divierte, descansa y disfruta en compañía de sus hijos, familiares o amigos.
Otro caso diferente al de esta mujer, pero que también supone la vuelta al hogar, es del Pedro Casa y María del Carmen Ferrer, que tras dos años de matrimonio trabajando en Córdoba, han tenido que volver a Villaviciosa, a casa de sus padres, porque la crisis los ha dejado en el paro.
Ellos sienten una gran frustración e impotencia ante la situación que tienen, porque al llegar al pueblo se han encontrado que las instituciones han hecho oídos sordos a sus demandas, negándoles facilidad alguna para emprender una nueva vida.
Además, comentan con resignación que es muy duro volver a depender de los progenitores y que no saben qué van a hacer cuando se les acabe la prestación de desempleo.
María del Carmen y Pedro son de la mismo opinión que otras muchas personas que han regresado al Guadiato, como Ana Sánchez y María Aguaro, que sostienen que la comarca no está lo suficientemente explotada y que se necesita un «cambio de enfoque», además de unir fuerzas, ya que las soluciones deben de venir «desde dentro».
Productora cultural
Destacan también la poca información sobre las ayudas económicas a los emprendedores y las trabas de algunas administraciones.
El caso de María Aguado es, cuanto menos, peculiar. Se sintió «arrebatada» de Belmez con 15 años, cuando sus padres emigraron a otras tierras con mayores perspectivas. Siempre tuvo en el corazón la idea de volver y lo ha hecho junto a sus dos hijos y otros compañeros de fuera de Andalucía, que se han unido al proyecto «Ni te imaginas», una productora cultural y educativa, que ha nacido hace pocos meses y que ya cuenta con numerosas iniciativas. «Ni te imaginas» nace como un plan de vida, como un propósito de seguir contribuyendo a la evolución de los pueblos a través del arte.
María se siente feliz de volver al pueblo y valora la forma de vida más humana y solidaria, cuyo ejemplo más claro lo ve en su hijo pequeño, que puede disfrutar de una libertad impensable en la urbe.
Está dispuesta, desde su empresa, a crear empleo para los jóvenes, en la línea de que el futuro de los pueblos va a depender en gran medida de la conciencia de quienes los valoran y quieren evitar su decadencia y aislamiento.
Huir de la crisis y buscar nuevos yacimientos de empleo son las razones que justifican la vuelta a lo rural. Y todo ello combinado con el disfrute de lo cotidiano, la naturaleza y la tranquilidad.
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