Se realiza el miércoles de ceniza. Viene siendo tradición desde hace años que un grupo de más de cincuenta personas, todas ellas ataviadas con trajes negros, en señal de luto, recorran las calles del pueblo portando un ataúd donde va la sardina.
La comitiva la preside una persona vestida de cura con sus correspondientes monaguillos.
Durante el recorrido se come, se bebe y de vez en cuando el supuesto cura se detiene para echar un “responso” (especie de chascarrillo gracioso).
El “entierro” termina en la Plaza, a las puertas del Ayuntamiento, donde la Corporación Municipal obsequia a los asistentes con bebidas y sardinas asadas. |